Las 500 millas de primarias
Las primarias de Indiana y North Carolina nos han dejado resultados sorprendentes e importantes. Hillary Clinton ha ganado mínimamente en Indiana, apurando sus 500 millas en esta carrera que no quiere abandonar, por 50,09% a 49,1%, y Obama ha arrasado en North Carolina por 58 a 42%, con una ventaja de 16 puntos.
La victoria de Obama era esperada, aunque ha sido bastante más amplia de lo anunciado, y el triunfo de Clinton apenas es una derrota mal disimulada; la ventaja que llevaba en las encuestas se ha pulverizado hasta el empate. Se mire como se mire, la victoria de Hillary en Indiana es paupérrima y aunque la mantiene con un hilo de vida para seguir luchando en West Virginia y Kentucky, las próximas citas electorales, esto debe servir para que el Team Clinton reflexione. Van camino de una derrota y eso que venían de una victoria casi garantizada. América les está dando la lección de su vida a los Clinton.
Los 85 delegados que envía Indiana a la Cnvención Nacional Demócrata y los 134 de North Carolina, se suman a esta batalla sin cuartel que están viviendo las filas demócratas, y en la que a día de hoy, la llave de la nominación sigue estando en manos de los Superdelegados.
Los equipos de Obama y Clinton están contemplando diversas estrategias para alzarse con la nominación, como la “opción nuclear” que estudia Clinton, y que ejecutarían los miembros de los comités del partido, aunque pierde fuerza tras estos resultados.
Lo cierto es que este panorama post Indiana y North Carolina, deja a Hillary con una necesidad más acuciante de ganar por ventajas muy considerables, en West Virginia y Kentucky, al menos si quiere seguir cargándose de argumentos para convencer a los Superdelegados de que la apoyen, los cuales siguen marchando en desbandada hacia las filas obamitas.
Obama ha salido reforzado, y aunque todavía no ha ganado la nominación, ha dado un paso decisivo y se acerca a la misma. Clinton peleará hasta el final, como ha declarado, pero esto pinta cada vez peor para ella y mejor para él.
El duelo McCain-Obama ya casi se adivina en el horizonte de un otoño apasionante, que nos conducirá a un noviembre clave para el futuro de los EE.UU.