Elecciones Presidenciales USA 2020
Sigue la mejor información, en castellano e inglés, sobre las elecciones presidenciales de Estados Unidos en la web:
www.jamesnava.com
Sigue la mejor información, en castellano e inglés, sobre las elecciones presidenciales de Estados Unidos en la web:
www.jamesnava.com
En este 2020, al igual que en 2016, votaré por Donald J. Trump. Lo haré porque es el único candidato que lucha y defiende de verdad a toda la sociedad, a las clases medias, altas, bajas y al trabajador estadounidense. De nuevo veo el sesgo anti Trump y el desprecio de los medios, la prensa, el establishment político de ambos partidos y la censura de las grandes empresas tecnológicas en internet. Y, de nuevo, votaré por Trump, como harán millones de estadounidenses a los que ha dado voz y representa.
El camino hacia la victoria de Trump el 3 de noviembre pasa por él mismo y su enorme capacidad para aglutinar millones de votos e ilusionar a los ciudadanos. Esta es la realidad que pocos analistas ven con claridad. Aparte de este elemento decisivo, que se sustancia en los mítines de campaña, en los que el presidente está movilizando a sus bases y atrayendo a nuevos votantes con un perfil muy variado, la campaña Trump Victory pasa por ganar en algunos de los estados decisivos o swing states, los estados que oscilan entre un partido y otro dependiendo de las elecciones y los candidatos.
La pregunta clásica en las elecciones presidenciales para decidir el voto se dirige a los ciudadanos y se les da voz al preguntar: ¿estamos mejor bajo este presidente que antes? Hoy, nos preguntamos ¿estamos mejor bajo el presidente Trump que antes? La respuesta es que sí.
Si había un obstáculo por salvar para el presidente Trump, éste se presentó el viernes en forma de síntomas leves del virus chino COVID-19. Como medida de precaución y por recomendación de su médico y otros expertos médicos, el presidente Trump fue ingresado en el hospital Walter Reed Bethesda, donde trabajó el fin de semana desde las dependencias presidenciales.
Este otoño electoral en Estados Unidos viene caliente. El presidente Trump afronta la recta final hacia las elecciones del 3 de noviembre con tres frentes abiertos: los debates televisivos, la lucha por la confirmación en el Senado de su juez nominada Amy Coney Barrett para
Por si faltaba algún elemento sorpresa en esta campaña electoral, acaba de surgir otro que puede ser determinante. El fallecimiento de la juez Ruth Bader Ginsburg a los 87 años de edad, deja libre una plaza en el Tribunal Supremo.
Las elecciones de 2020 en Estados Unidos son las más importantes y decisivas en las últimas décadas. Mientras los demócratas de Biden intentan amañar las elecciones mediante el voto por correo, el presidente Trump trata de salvar el país con una victoria arrolladora que no permita que se las roben.
El presidente Donald Trump ha reanudado los rallies electorales para retomar el contacto directo con los votantes. Algo que ha influido de forma decisiva en la aprobación de la gestión presidencial, que ahora se sitúa en torno al 52% en general y en el 94% entre los republicanos, y un aumento significativo en la intención de voto. De tal forma que al encarar el otoño, Trump aventaja a Biden en la mayoría de los estados.
La brillante Convención Nacional Republicana y los últimos éxitos de Trump, han puesto de relieve que el presidente ha regresado con fuerza a la contienda electoral con una renovada estrategia de reelección.
Durante esta semana se celebra la Convención Nacional del Partido Republicano en Charlotte, Carolina del Norte, del 24 al 27 de agosto. Si hay algo que contrasta con la Convención demócrata, es la presencia del presidente Trump, que participará en los actos del evento más allá del discurso de aceptación. De nuevo, Trump innova y aparece antes de lo previsto. Ya lo hizo hace cuatro años, en 2016, cuando apareció por sorpresa en la primera noche de la Convención Republicana en Cleveland para presentar a su esposa, Melania, antes de su discurso ante los delegados.
El reciente acuerdo propiciado por Donald Trump entre Israel y Emiratos Árabes Unidos, que reestablecen relaciones diplomáticas después de 50 años, no sólo ha sido un éxito colosal para el presidente estadounidense, sino también el colofón de una serie de logros muy importantes en política exterior.
La culminación de una gran semana del presidente Trump se produjo el pasado sábado con una jugada maestra de alta estrategia. Después de semanas de negociaciones con los líderes del Congreso y el sabotaje continuo de los demócratas, Trump firmó cuatro órdenes ejecutivas que extendían en la práctica ciertas partes de la Ley CARES, una legislación destinada a brindar apoyo económico y social a aquellos que han perdido su empleo por la crisis del coronavirus.
Estados Unidos vive un tiempo electoral apasionante en el que el futuro del país se juega el 3 de noviembre. Estas elecciones son más que una cita electoral para elegir presidente, se han convertido en un campo de batalla ideológico entre el puro sentido común del conservadurismo de Donald Trump y el radicalismo de la izquierda progresista de Joe Biden.
Hay buenas razones para reelegir a Donald Trump en noviembre y asegurar su continuidad en la Casa Blanca. Por eso sus votantes estamos tranquilos. Al valorar sus logros durante este primer mandato presidencial, vemos que es uno de los presidentes que más promesas ha cumplido en sólo cuatro años. Su lema “Promesas hechas, promesas cumplidas”, ha sido una constante en este tiempo.
Las elecciones de 2020 en Estados Unidos serán determinantes en muchos aspectos, y uno de ellos es la evolución del poder judicial federal. Más allá de la reelección de Trump, nos encontramos con uno de los desafíos más grandes: la renovación del Tribunal Supremo, algo que tendrá un impacto por décadas en todo el país y la sociedad.
A estas alturas del año 2020 ya sabemos todos que nos encontramos ante una batalla cultural sin precedentes que trata de suprimir nuestra historia, nuestros valores y Declaración de Derechos por parte de la izquierda radical, apoyada y amparada por el Partido Demócrata y los grandes medios de comunicación y redes sociales.
Los discursos del presidente Trump para celebrar el 4 de julio, Día de la Independencia, van a pasar a la Historia como dos de los más brillantes y clarificadores de su primera presidencia.
Tras el fracaso de la pandemia del coronavirus para derrotar al presidente Trump, que los medios progresistas y el Partido Demócrata siguen utilizando con desvergüenza para perjudicarlo de cara a las elecciones, ahora han puesto sus esperanzas en las turbas de ultraizquierda de Antifa y BLM y los disturbios, derribo y vandalización de monumentos.
La última semana no ha sido fácil para el presidente Trump. A la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, la posterior crisis económica resultado de la anterior, y los habituales ataques de los medios y la prensa, hemos visto cómo el resentido John Bolton, lleno de ira por su despido de la Administración, ha publicado un libro poniendo verde al presidente sin argumentos sólidos detrás, y el auge de los ataques de los ANTIFA y grupos de ultraizquierda contra estatuas de figuras históricas, amparados por el Partido Demócrata y los medios con impunidad.