Gestión presidencial
La gestión presidencial del presidente Trump no deja de apuntar éxitos. Es la razón de que la aprobación ciudadana a esta gestión aumente mes a mes en todas las capas sociales, tal y como reflejan la mayoría de las encuestas.
La gestión presidencial del presidente Trump no deja de apuntar éxitos. Es la razón de que la aprobación ciudadana a esta gestión aumente mes a mes en todas las capas sociales, tal y como reflejan la mayoría de las encuestas.
En el tercer año de la presidencia de Donald Trump podemos afirmar ya sin ninguna duda que esta es una presidencia de éxitos probados y demostrados. La agenda del presidente se ha llenado de éxitos recientes que lo han fortalecido en su posición de liderazgo mundial. Lo hemos visto durante la reciente cumbre del G-7, con Trump marcando el tono y el contenido de las principales reuniones.
Ya se empiezan a perfilar los asuntos prioritarios para los ciudadanos estadounidenses de aquí a las elecciones de 2020. Y no es un tema baladí porque de ellos van a depender en gran medida la reelección de Donald Trump.
El debate sobre las Extreme Risk Protection Order laws (ERPO), o leyes de Orden de Protección contra Riesgos Extremos («Gun Violence Restraining Orders» (GVROs), popularmente conocidas como Red Flag Laws (leyes de Bandera Roja), se ha abierto tras los tiroteos masivos en Dayton, Ohio, y El Paso, Texas.
Lo veíamos venir desde que anunció su candidatura a la presidencia y después cuando ganó a la candidata de los lobbies y los medios, Hillary Clinton, el odio hacia Trump se ha multiplicado varias veces hasta hacerse enfermizo y fanático.
Cada vez son más los hispanos por Trump, los que lo votaron en 2016 y los que lo votarán en 2020. Los demócratas están que trinan porque uno de los sectores sociales a los que consideraban suyo, como un voto cautivo, pese a que nunca hicieron nada positivo para esta comunidad, se pasa a votar republicano.
Hay pocas cosas tan emocionantes como una campaña electoral estadounidense para la presidencia. Tal vez contemplar lobos en libertad, pero poco más.
Desde luego, la campaña para las presidenciales de 2020 promete emoción a espuertas.
Ha sido uno de los eventos del verano más destacados y que tendrá un mayor impacto a corto, medio y largo plazo. La cumbre de Redes Sociales que el presidente Trump organizó en la Casa Blanca el pasado 11 de julio, ha movilizado a unos 250 líderes digitales muy influyentes y miembros del Congreso, que tienen un punto en común: la defensa de las políticas de Trump.
Que el presidente Donald Trump siempre ha defendido los valores clásicos y tradicionales de los estadounidenses era bien conocido por todos. De hecho, esta defensa firme de los valores más genuinos, que incluye la vida, la libertad, la economía de mercado, la libertad religiosa, la ley y el orden, la defensa fuerte y la generosidad para con los demás, se ve con más nitidez a medida que los candidatos demócratas a las elecciones de 2020 abren sus bocazas para opinar de esto y aquello. Y es que los demócratas están en una carrera hacia la extrema izquierda que amenaza con destruir el Partido Demócrata.
Los planes para hacer frente a la campaña de reelección de Trump se acumulan sobre la mesa de sus colaboradores y asesores. Algunos ya están en marcha y otros se activarán en breve o en las próximas semanas.
El presidente Trump planea un evento multitudinario para el 4 de julio, día de la Independencia, en un sitio icónico como el Lincoln Memorial. Se llamará “A Salute to America” y habrá los tradicionales fuegos artificiales, música, entretenimiento y un discurso estelar de Trump, que será el acto central.
Con diez novelas publicadas, ocho de ellas bajo el sello editorial Sniper Books, James Nava se ha convertido en uno de los escritores más leídos y recomendados por los lectores. También en uno de los más controvertidos por sus opiniones políticas y por no morderse la lengua ante ningún tema. El hispano estadounidense, de origen vallisoletano, compagina su trabajo como asesor de inteligencia y asesor político con su labor como escritor. Esta constante dedicación nos ha regalado su última novela hasta ahora: “Jinetes de Honor”, que viene a continuar su saga ambientada en el Oeste, iniciada precisamente con “El sueño del Oeste”.
La vorágine de acontecimientos no da tregua al presidente Trump, que deberá tomar decisiones importantes que afectarán con seguridad a sus expectativas de reelección en 2020.
El saldo político del presidente Trump en estas últimas semanas es victorioso. No sólo ha ganado la partida a México con el tema de los aranceles y la inmigración, forzando al país vecino a adoptar medidas urgentes para detener la marea de inmigrantes ilegales que cruzan su territorio, sino que además ha pronunciado uno de los mejores discursos de lo que va de año durante el acto de conmemoración del 75 aniversario del desembarco de Normandía, donde ha mostrado su talla de hombre de estado.
El próximo 18 de junio, Donald Trump realizará un mitin electoral en Orlando, Florida, para anunciar su presentación oficial a la reelección en 2020.
Con un primer mandato presidencial de Trump cuajado de éxitos y de lo que se aventura como una masiva reelección en 2020, se empieza a perfilar parte de la agenda de gobierno para el segundo mandato presidencial.
El presidente Trump se ha especializado en equilibrismo sin red de seguridad, algo para lo que hay que tener coraje y agallas en la política norteamericana. Los equilibrios presidenciales le están saliendo a cuenta, en tanto que Trump está demostrando una cintura política envidiable.
El tiempo para la toma de decisiones en el Despacho Oval se ha acelerado, y eso que no iba lento ni mucho menos. Con más de 300 promesas cumplidas, el presidente Trump aborda estos meses de primavera y verano de 2019 con una actividad constante e imparable, que se traduce en diferentes decisiones que afectan a varios ámbitos importantes.
La presidencia de Donald J. Trump está resultando ser la más exitosa desde la de Ronald Reagan y, nivel económico, supera ya a la de Richad Nixon. Bate por goleada a las inútiles Administraciones demócratas que han desfilado por la Casa Blanca con más pena que gloria, y de paso, da unas cuantas patadas en el trasero de los medios enemigos del pueblo, desleales e hipócritas que no han cubierto bien esta presidencia. Trataron de dar un golpe de estado vía prensa y Congreso, y les ha salido el tiro por la culata.
Se han dicho muchas mentiras y barbaridades en torno al presidente Trump. Esto es algo que saben hasta los negros (que no son sospechosos de bailar el agua a los blancos precisamente…). Y las mentiras y acusaciones en temas comerciales ya se salen de madre totalmente.