El epígrafe recoge bien lo que sucedió. Donald Trump logró la independencia energética de los Estados Unidos. Joe Biden la está destruyendo con sus políticas socialistas ineficaces y absurdas. Mientras que Trump impulsó a este país a convertirse en el mayor productor y exportador de petróleo y gas, que se tradujo en miles de empleos para los estadounidenses, miles de millones de dólares de beneficios para la economía americana y una independencia energética por primera vez en cincuenta años, Biden quiere prohibir el fracking, ha desatado el alza de los precios de los carburantes y anulado la independencia energética. En definitiva, ha conducido al país a una enorme crisis y a depender una vez más del petróleo y la energía extranjera.