Todos los datos apuntan hacia el mismo resultado: Donald Trump ganará las elecciones en noviembre. Una vez se empieza a disipar el humo de la campaña mediática brutal a favor de Kamala Harris, los resultados de las encuestas más fiables y la intención de voto, señalan un aumento del apoyo a Trump.
Finalmente, Donald Trump superó a un Joe Biden con un evidente deterioro cognitivo y físico durante el debate presidencial, que convirtió en una clase magistral. Trump demostró contención y astucia política, estuvo fuerte, disciplinado y centrado en los temas que más importan a los estadounidenses, y en todo momento mantuvo un sólido liderazgo equilibrado.
A estas alturas del año ya no hay ninguna duda de que Donald Trump tiene un claro camino hacia la victoria en las elecciones presidenciales. Un camino no exento de riesgos y trampas tendidas por los demócratas y la campaña de Biden, que pretende seguir utilizando las acusaciones legales infundadas y una campaña mediática brutal de desinformación y manipulación informativa. Prepárense para las barbaridades que se van a seguir diciendo sobre Trump.
Los medios aliados de los demócratas, corruptos y mentirosos como son, llevan años mintiendo y manipulando todo acerca de Donald Trump. No es extraño, pues, que una de las últimas y más importantes victorias legales del candidato republicano en los tribunales no haya ocupado primera página ni portada de informativos. El apagón mediático es casi total si no fuera por unos pocos medios, periodistas y analistas independientes que contamos lo que sucede.
Los pasos de Donald Trump marcan el camino hacia la victoria en las elecciones midterm de noviembre de este año y en las presidenciales de 2024. Su agenda MAGA, compartida por todos los candidatos republicanos a los que ha dado su respaldo, es una agenda de libertad, prosperidad y seguridad que nos brinda la mejor oportunidad para recuperar los Estados Unidos y salvarlo de la agenda destructiva de la izquierda representada por el Partido Demócrata actual, el más radical en décadas.
El camino hacia la victoria de Trump el 3 de noviembre pasa por él mismo y su enorme capacidad para aglutinar millones de votos e ilusionar a los ciudadanos. Esta es la realidad que pocos analistas ven con claridad. Aparte de este elemento decisivo, que se sustancia en los mítines de campaña, en los que el presidente está movilizando a sus bases y atrayendo a nuevos votantes con un perfil muy variado, la campaña Trump Victory pasa por ganar en algunos de los estados decisivos o swing states, los estados que oscilan entre un partido y otro dependiendo de las elecciones y los candidatos.
Ha sido, sin duda, una de las mejores semanas en la presidencia de Donald Trump. Una semana de victoria personal y presidencial para el que ha sido y es uno de los hombres más acosados por los medios de comunicación y por un Partido Demócrata en manos de radicales socialistas de izquierdas.
El ataque a la base aérea siria de Shayrat con 59 misiles Tomahawks, ordenado por el Presidente Trump, y lanzados desde los destructores USS Porter y USS Ross, ha sido una victoria política contundente y una demostración de liderazgo militar en una región devastada por una guerra durante seis años que contabiliza más de 350.000 muertos y más de 4,5 millones de refugiados.
Los caminos hacia la victoria para Donald Trump el 8 de noviembre residen en un puñado de estados: Arizona (11 votos electorales), Colorado (9), Florida (29), Nevada (6), Carolina del Norte (15), Ohio (18) y Pennsylvania (20). No son los únicos necesarios para ganar, pero las distintas opciones de victoria pasan por ellos.
Los procesos electorales en Estados Unidos sirven para elegir a los mejores candidatos y representantes políticos. En especial la carrera electoral a la presidencia, es la cita más importante